Cuando finalicé de escribir El Protector Elegido, durante julio de 2019, tenía muchas intenciones de crear una precuela de toda la serie.
Tenía una gran cantidad de historias en mi cabeza, pero no lograba concretar una que fuera el pivote para la historia en general.
Hasta entonces había escrito 6 libros de la serie El Círculo Protector y 2 de la serie Los Misterios de Sacret Fire.
En esta segunda serie, el primer libro siempre era La Búsqueda, porque comenzaba con la desaparición de Ben Walker, el científico más prestigiado de la ciudad.
Pero quería que la historia estuviera bien fundamentada, así que me di a la tarea de crear una especie de precuela, El Remanente, que acabó convirtiéndose en el libro #1 de esta serie.
El Remanente comienza justo después de El Misterio de la Máscara, pero aquí el protagonista es Preston Wells. La serie narra las aventuras de Preston y sus nuevos amigos, resolviendo misterios complejos en Sacret Fire.
¿Cómo lograr esto con El Círculo Protector?
Había algunos eventos que nunca aparecieron en la serie y que solo eran mencionados en los dos primeros libros. Así que tomé esas menciones como las ideas principales y me di a la tarea de aplicar la Escalera de la Creatividad, que consiste en 4 pasos:
- Determinar una idea
- Hacer lluvia de Ideas
- Hacer un mapa mental
- Elaborar un índice tentativo
Estos 4 pasos me ayudaron a desarrollar la estructura completa de lo que se convertiría en la precuela de El Círculo Protector. Quería que fuera una novela corta y que la protagonista principal fuese Akari, quien aparece en el primer capítulo de Secretos del Pasado.
Mi objetivo era crear una historia que sirviera como pivote para los eventos de Secretos del Pasado y de esa forma los lectores pudieran disfrutar de una buena experiencia de lectura.
En un principio no fue fácil, porque había muchas cosas que desconocía de Hachioji, donde se desarrolla la historia.
Para ello investigué escuelas universitarias, la cultura de la gente, sus principales calles, los monumentos que la caracterizan, las rutinas y el tipo de comida más habituales.
Esto me ayudó a establecer algunos hobbies de los personajes principales que pertenecían al grupo de Protectores que estuvo activo del 2005 al 2011.
Una vez que tenía todo esto armado, decidí que mi objetivo en palabras sería de 25,000.
Fijé la escritura para 3 semanas, lo que significaba escribir 8333 palabras a la semana . Una meta bastante lograble y con la que me sentí sumamente cómodo.
De lunes a viernes a partir de las 9 de la mañana me sentaba a escribir 1666 palabras. Algunos días hice más, otros días escribí la cantidad establecida, de acuerdo a que tan cómodo me sentía.
Terminé la novela en el tiempo establecido y realicé una auto-edición para darle forma, congruencia y fluidez a los textos.
Haber escrito Orígenes me permitió abrir mi mundo ante nuevas posibilidades. Me había gustado la idea de escribir novelas cortas en las que pudiera explorar otras historias del universo de los Protectores.
La novela tuvo buen recibimiento por parte de los lectores, y me permitió desarrollar las historias que comenzaron como menciones en libros posteriores.
Para esta novela elaboré un mapa de la zona de Hachioji, donde se desarrollan la mayoría de las historias y realicé diez perfiles de personajes.
Lo mejor de todo es que al final de Orígenes hay una escena que me encantó crear y que se desarrolla en Filadelfia, lugar donde Ryan, el protagonista de toda la serie, vivía antes de mudarse a Terrance Mullen.
Conocer a Ryan antes de convertirse en un Protector fue una experiencia enriquecedora.
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