Hace unos meses recibí un correo de un suscriptor.
Él mencionaba que no estaba de acuerdo con la temática de los métodos y estrategias que yo compartía para escribir, porque la única forma de ser escritor es nacer con el talento.
Lo leí y, aunque no estoy de acuerdo, acepté respetar su opinión.
Creo que si todos nos dejáramos llevar por la idea del talento, no se podría hacer mucho.
La escritura es un talento, claro, pero también es una habilidad que, si pones en práctica y haces el trabajo, aprendes a dominarla.
Si piensas que con ser talentoso es suficiente, déjame decirte que no es así.
Muchos escritores nacieron sin el talento para escribir y entre ellos me incluyo yo mismo.
Yo no tenía el talento para escribir un libro de no-ficción, porque sentía que no era la persona más adecuada para ayudar a otros.
Me consideraba tan inexperto y tenía mucho miedo a la opinión ajena, que dejé que esto me dominara y no cumpliera con lo que yo quería.
Pero pensaba que podía hacerlo y me armé de valor para lograrlo.
El principal enemigo de todos los escritores es la procrastinación, condición en la que sabemos que tenemos que hacer algo, pero no lo hacemos. Por consecuencia, esto puede matar el talento que puede desarrollarse.
Puedes nacer con el talento, pero si no lo desarrollas, entonces no serviría de mucho.
Por eso tener solo el talento no es suficiente.
Tienes que mostrarlo al mundo, es decir, escribir tus propios libros y conseguir que sean leídos.
Yo sentía que tenía el talento para crear historias desde pequeño, pero no lo desarrollé hasta que entré en la etapa adulta.
Vivía sumergido en la rutina, en un entorno tóxico y con hábitos que estaban autodestruyéndome.
Tuve que cambiar todo esto para poner en práctica los conocimientos de escritura que iba adquiriendo. No fue un camino fácil, pero no iba a dejar que mis escritos se quedaran en el tintero.
La determinación y la constancia son dos pilares importantes en el desarrollo de tu propio talento.
Si tienes talento para hablar sobre un tema específico, la escritura no debería ser un problema, porque si pudiste desarrollar otras habilidades, podrás escribir tu libro siempre y cuando tengas un plan para lograrlo.
Hay veces en las que escuchado que escribir un libro no es para todos, pero no estoy muy de acuerdo.
Pienso que si todos tenemos algo que compartir con el mundo, podemos hacerlo en la forma de un libro.
¿Por qué un libro?
Cuando los lectores te leen es como si hablaras en una dimensión superior donde tú eres la persona que está iluminando el camino que ellos deben seguir, si se trata de no ficción.
Existen varias formas que pueden ayudarte a desarrollar el talento de la escritura:
1) Leer libros de otros autores parecidos al tuyo
No me canso de decirlo. La lectura es la mejor escuela para todos los escritores. Te permite aprender su lenguaje de escritura y disfrutar de una buena historia.
Busca leer libros que te gusten. No cometas el error de leer un libro que no sea de tu gusto, porque probablemente te aburras y le restes importancia a la lectura.
El gusto por la lectura se pierde cuando se eligen los libros incorrectos.
Yo comencé a leer más libros cuando elegí lecturas que son de mi agrado. Esto me ayudó a construir un hábito de lectura frecuente y a escribir mejor.
2) Corrige tus propios escritos
No se puede corregir algo que no se ha escrito. Existe un ejercicio que me encanta y se llama la auto-edición. Consiste en leer tus textos en voz alta y corregirlos a la vez.
Te recomiendo ejecutar este proceso solo si has terminado de escribir tu libro, aunque puedes emplearlo en la escritura libre, si estás realizando escritos fuera de un libro.
3) Sé constante
La constancia es la clave para convertirte en un buen escritor. Mantén una frecuencia para escribir, hazte presente y haz el trabajo.
De nada sirve que te hagas presente y no hagas nada en lo absoluto. Haz un plan con pequeños pasos que puedas cumplir, día tras día, ya que será la manera más eficaz de acercarte a tu objetivo.
Espero que estos 3 consejos te ayuden a desarrollar tu talento y recuerda que, si no lo haces, no será suficiente si quieres convertirte en un buen escritor.
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