No hay nada más poderoso que una historia personal.
Cuando se trata de conectar con los lectores, las vivencias o historias personales tienen un poder increíble.
Crean ese lazo de confianza que necesitas para hacerles sentir que no están solos.
De vuelta en mis días como consultor de procesos, me sentía miserable.
Trabajaba detrás de un cubículo elaborando documentos, manuales y hojas de trabajo.
Era un empleo que me gustaba, pero no estaba haciendo lo que realmente quería.
Y eso me hacía sentirme muerto en vida.
Yo quería escribir mis propios libros y ser un autor reconocido.
Deseaba que las personas se emocionaran con mis historias y les diera un escape de sus vidas o rutinas.
Lo que me hizo sentirme que no estaba solo fue conocer a otros escritores que habían estado en la misma situación que yo.
Leía sus libros en mis tiempos libres e investigaba mucho sobre sus recomendaciones.
Los trayectos del trabajo a casa eran mucho más amenos gracias a los libros que leía de ellos.
Utilizaban historias personales con las que me sentía identificado.
Yo no tenía un propósito en la vida, solo quería escribir mi propio libro, así que me di a la tarea de probar el método más apropiado.
Tiempo después, cuando escribí el primer libro, me sentí agradecido de cumplir con este gran logro. Lo compartí con mis amigos más cercanos y ellos me felicitaron.
Estaba muy bendecido de contar con ellos porque realmente les importaba lo que yo quería lograr. Aunque fueran solo cuatro personas.
Cuando leía las historias personales de otros escritores, me hacían sentirme muy conectado a ellos. Saber que me entendían fue el primer paso para generar confianza y seguir sus recomendaciones.
Si tu sientes que tus vivencias o historias personales pueden impactar al mundo, entonces no bajes la guardia.
Mantén muy firme tu deseo de plasmar lo que quieres contar a otros. Una historia personal nos transporta a la situación de la persona cuando tenía el problema en específico y todas las cosas que intentaba para resolverlo.
En mi caso, como escritor, intenté muchas cosas para hacerme el tiempo que requería para escribir.
La auto-duda, el sabotaje y la sensación de fracaso eran mis principales obstáculos.
La solución a mi problema fue organizar mis horarios y levantarme una hora más temprano. Era lo que más me funcionaba y se ajustaba perfecto a mi rutina.
Tienes que plantear tu solución a los lectores de una manera natural y no tan forzada.
Nunca subestimes el poder de una historia personal, porque podría inspirar a tus futuros lectores.
Somos humanos y, cuando tenemos un problema por el que estamos pasando, conocer a otros que ya lo superaron nos quita un peso de encima.
Sentimos que no estamos solos en el camino y es un gran alivio.
Te recomiendo hacer una lista de todos los eventos que sucedieron para que lograras tu objetivo.
Estos eventos pueden ser situaciones, personas o cosas que te impactaron. Cualquiera que sea, elabora una línea de tiempo con lo más importante. Eso también ayuda a que no se te escape nada y tengas todo lo necesario para contar las historias personales que abordarás en tu libro.
Si te gustó este post y te fue útil, pasa la voz y compártelo con más personas.