Escribir un libro es una cosa, lograr que los lectores se interesen es otra totalmente distinta.
¿Cuántas veces no has leído un libro y que al final resulte no ser de tu agrado?
Seguro que varias veces ¿no?
A mi me pasaba muy a menudo, hace unos años, porque elegía las lecturas incorrectas.
El lenguaje no conectaba conmigo y no me sentía lo suficientemente paciente como para terminar el libro.
Recuerdo que una de esas lecturas fue en 2012. Me habían prestado un libro para leer, porque me ayudaría a mejorar como escritor.
Sin embargo, solo leí unas cuantas páginas.
Me quedaba dormido y no lograba conectar con el autor.
Me perdía en la historia y llegué a considerarlo un libro muy aburrido.
Esto no era porque el autor quisiera aburrirme, la razón es que yo no era su tipo de lector.
Hoy me doy cuenta de ello, quizá en el pasado lo hubiera tomado a mal.
Para que los lectores se interesen en tu libro, primero debes de tener muy claro para quien es el libro que estás escribiendo.
Si tu libro es de no-ficción, la cosa es mucho más sencilla, porque sabes que tu libro resuelve una problemática en específico.
Tal vez tu experiencia, conocimientos, historias o vivencias son el camino hacia la solución que pretendes darle a tus lectores.
Primero hay que crear esa brecha, que ayude a que los lectores se den cuenta de que tomaron la decisión correcta al comprar tu libro.
Si escribes novelas de ficción, tampoco es tan difícil.
A mi me gustaba mucho escribir historias donde la fantasía y lo sobrenatural tomaban lugar.
Me encantaba crear personajes con poderes fantásticos y que se enfrentaban a las fuerzas del mal.
En el 2012 me interesé mucho en las historias de misterio.
Mi primer intento fue un libro de 10 capítulos titulado «Secretos de una Vida Maravillosa», pero seguía deseando mezclar el misterio y suspenso con la magia y lo sobrenatural.
Era una tarea ardua porque sabía lo mucho que debía leer e investigar.
Aunque en esa época no entendía lo que era un lector ideal, me enfoqué en crear historias de misterio con elementos de magia y fantasía.
Me di cuenta de que mis historias fueron bien recibidas en el 2016, cuando lancé la segunda edición de Secretos del Pasado.
Había escrito una historia que era de interés para los amantes de la fantasía y lo sobrenatural, pero también le había encantado a aquellos que buscaban leer historias de misterio y suspenso.
Con el tiempo entendí lo que era un lector ideal y me di a la tarea de diseñar mi propio avatar, término que se usa en internet para definir a tu cliente ideal.
El primer paso es entender para quien escribes, solo de esa forma podrás crear una historia que resulte del agrado de los lectores.
Puedes también hacer un match entre ambos elementos: tu historia y lo que es de interés.
Hay herramientas como Keyword Planner de Google que te permite conocer lo que es de interés para las personas que realizan búsquedas en Google.
Es una excelente manera de encontrar buenas ideas.
En este post te digo cómo definir a tu propio lector ideal.
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