#44 – Lo que aprendí de cambiar mi rutina

He estado evitando sentarme a escribir toda la mañana.

Realizando toda clase de tareas.

Desde el almuerzo, diligencias y comprar cosas en el super.

Y es que después de 20 días produciendo contenidos sin parar me he dado cuenta de algo:

El problema no era la inspiración, sino un cambio de rutina.

En este punto es complicado pensar en detenerme.

Porque después de estar sumergido repitiendo lo mismo por 20 días, es difícil cambiar el rumbo.

Llega un punto en que la rutina se vuelve automática y tu mente se programa para cumplir los objetivos diarios.

Y cuando eso no existe, ahí es donde está el reto.

Hoy puedo decir que mi mente busca la forma de completar las tareas

Sin poner en riesgo las cosas más esenciales: salud, relaciones y amor propio.

Cuando estás en una rutina que no es nada productiva, puedes encontrar muchos obstáculos:

  • Estrés
  • Autosabotaje
  • Falta de compromiso
  • Interrupciones Permitidas
  • El síndrome de estar ocupado

Y el único que cobra factura es tu cuerpo mostrando señales en forma de cansancio o enfermedad.

Lo bueno es que no todo está perdido.

Porque si eres consciente de que puedes hacer un cambio, solo debes identificar lo que no está funcionando.

Yo me sentía agobiado todos los días por la cantidad de obligaciones y compromisos en casa y no podía hacer mi trabajo como quería.

Amo mi trabajo como emprendedor y autor, pero me frustraba quedarme sin tiempo para hacer las cosas que más amo.

Hoy me doy cuenta que las acciones que implementé para cambiar mi rutina son la solución a muchos problemas que nuestros antepasados también enfrentaron.

Si no fuera por todos esos buenos problemas, creo que no tendríamos las soluciones que hoy tenemos al alcance.

Después de 20 días en los que he creado contenido sin parar y ver más avances de los que tuve en los últimos cinco meses, concluyo que mi situación actual es un resultado de las acciones repetidas de manera constante.

Llegado a este punto, es difícil cambiar ese ritmo.

Quieras o no, tu mente busca la manera de completar los objetivos diarios.

La constancia logra la disciplina de cumplir las pequeñas y cuando eso está bien trabajado, ya no hay marcha atrás.

Para entonces ya estarás más cerca de tus metas.

Si piensas que en este momento algo no está funcionando, haz una lista de las cosas que haces en el día e identifica lo que no te sirve.

De hecho, aquí te comparto cómo crear un plan semanal para lograr tus objetivos.

Si sientes que este post te sirvió y le puede ayudar a alguien, compártelo para que el mensaje llegue a más personas.

Cuéntame en los comentarios,

¿Sientes que algo no funciona en tu vida y que no te está dando los resultados que quieres?