#373 – La regla de las no interrupciones y el egoísmo noble

Escribir puede volverse una actividad entretenida y en la que puedes sumergirte cuando te apasionan las historias que escribes.

La mejor satisfacción que un escritor experimenta es emocionarse con las escenas que escribe.

Empiezas a crear tus propias teorías sobre lo que podría estar pasando en tu historia, aunque sepas cuál es el final.

Construir el camino que desemboca en el descenlace puede estar lleno de turbulencias y obstáculos para los personajes.

Sobre todo cuando escribes misterios complejos en los que quieres que el lector también los resuelva.

Pueden sucitarse muchas situaciones cuando estás sumergido creando historias nuevas, por ejemplo, que el tiempo se te vaya de las manos, lo cual es normal.

A mi me sucedió cuando terminé de escribir El Misterio de la Máscara. Aunque había finalizado una gran historia, había dejado la puerta abierta para muchas más.

Me emocionaba imaginar lo que podría pasar con los personajes en próximos libros.

Escribir es genial cuando vives solo, que fue mi caso durante el 2015, cuando estuve más de 8 meses sin roommate.

Pero ¿qué pasa cuando compartes el departamento o la casa con otras personas?

Tal vez te estás quedando con tus padres por un tiempo, estás viviendo con tus amigos o has formado tu propia familia.

Dependiendo de cual sea el caso, puedel que te interrumpan mientras escribes.

Conozco lo molesto que esto puede ser.

A mi me han abierto la puerta en pleno podomoro, es decir, a mitad de bloque de escritura, y me he sentido irritado porque debo parar la escritura por 1 o 2 minutos.

Esto provoca que pierda el hilo de lo que estaba escribiendo y tenga que volver a leer el texto para poder retomarlo.

Son pocas las ocasiones en las que he ignorado a la persona que me busca, lo cual puede interpretarse como una acción de mal gusto.

Aquí lo mejor es establecer límites para que respeten tu trabajo y practicar un poco el egoísmo noble.

Este término lo aprendí de mi amiga Waleska Cerpa y aplicarlo en mi vida ha sido maravilloso.

El egoísmo noble significa realizar actividades que sean solo para ti y para tu mejora como persona, aunque también aplica para tus propios proyectos.

No es que seas egoísta porque no les estás dando tu tiempo, sino que estás dedicando tu tiempo a cosas que de verdad son importantes para ti y que, si no las llevas a cabo, estarás postergándolas por mucho tiempo.

Lo más recomendable es hablar con las personas con las que convives a diario y decirles cuán importantes son tus proyectos y metas y porqué necesitas que te dejen trabajar en ellas.

Fíjate, hace unos años me la pasaba trabajando desde las 7 de la mañana hasta las 12 de la noche, sobre todo cuando tenía que dar un webinar.

Por consecuencia, no tenía tiempo de calidad para mi familia o amigos.

Desde que planeo mi semana y ejecuto mis actividades con bloques de trabajo y descansos, mi productividad se vio aumentada en un 300% y he logrado más en un día que trabajando sin horarios y sin descanso.

Por eso es importante establecer límites con tus personas convivientes para que sepan que, cuando estás trabajando y encerrado en tu habitación u oficina, tengan que esperar para hacerte una consulta, a menos que sea una emergencia o un imprevisto de última hora.

Platicales la importancia de tus metas, muéstrales lo emocionado que estás por llevarlas a cabo y te aseguro que aprenderán a respetar tus tiempos de trabajo.

Esa es la regla de las no interrupciones basada en el egoísmo noble que practico desde hace unos años.

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