A lo largo de los últimos años que he vivido como emprendedor me he enfrentado a toda clase de retos.
He tenido días en los que me ha sido complicado mantener la constancia y el ritmo.
Hay veces en las que tu atención necesita estar 100 por ciento en otras actividades que, cuando se trata del trabajo, tienes que dejarlo al menos por un rato.
Trabajar desde casa es de por si un reto, pero cuando surgen los imprevistos o las emergencias de última hora, piensas que todo atenta contra tu rutina.
Al menos así me sentía en un principio.
Era duro, sobre todo cuando tienes responsabilidades que van más allá del trabajo y en las que no hay nada que negociar.
Tienes que hacerlo y punto.
El 2021 marco un antes y un después en mi vida como emprendedor. No solo porque me mudara de oficina, sino porque ha sido uno de los años en los que he puesto en práctica muchas acciones recomendadas y he sido capaz de mantener la constancia, lo que genera un ritmo con el cual empiezas a llevarte bien.
La clave está en estar presente cuando estás haciendo el trabajo, aunque sea por un tiempo determinado.
Por ejemplo, si algo atenta contra tu rutina porque ha surgido algo que no tenías contemplado, es mejor que, una vez que lo resuelvas, regreses al trabajo y le dediques un tiempo específico para completar la actividad.
Una de las mayores técnicas que, personalmente, me ha funcionado cuando estuve toda la mañana ocupado y no pude hacer nada de lo que tenía planeado, es el Podomoro.
Esta técnica de productividad me ha permitido lograr MUCHO MÁS en menos tiempo.
Lo único que hago es tomar mi agenda, revisar las actividades planeadas, comenzar por la que probablemente lleve más tiempo y colocar el cronómetro en retroceso comenzando en 25 minutos.
Al llegar a cero, me detengo y descanso 5 minutos. Una vez que el receso termina, vuelvo a trabajar otros 25 minutos hasta completar la actividad.
Puede suceder que para una actividad requieras de 2 a 3 podomoros y para otras solo uno. No hay reglas.
Lo genial es que de esta forma puedes completar lo que tenías planeado.
Si se trata de nuevos hábitos, que es algo que he venido haciendo en las últimas semanas, lo que yo hago es usar un registro de ritmos.
Hay 8 actividades semanales cuya frecuencia es diferente, pero que tengo que completarlas de cualquier forma. El resultado de cada actividad es un beneficio a largo plazo, por lo que comencé realizando algunas dedicando 10 minutos, mientras que otras llevaban un poco más de tiempo.
El registro de ritmos me ayudó a mantener el seguimiento de estas actividades. Cada vez que terminaba una, colocaba una «X» en el día en que había sido realizada. Al final de la semana hacia un conteo de mis resultados y dividía el total de las frecuencias de las actividades entre el total de lo que yo había logrado.
Digamos que me sirve para evaluar mi productividad, pero más que otra cosa, el verdadero beneficio es mantener la constancia y el ritmo para acercarme cada vez más a mi meta.
De esta forma evito caer en la frustración.
Todos hemos tenido momentos complicados en nuestras vidas que están fuera de nuestro control y nuestra respondabilidad cómo vamos a afrontar estas adversidades.
Espero que estos consejos te ayuden si en algún momento pasas por una situación complicada y piensas que tu trabajo o emprendimiento podría verse perjudicado. No estás solo.
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