En estos últimos días he estado escribiendo la nueva novela de Los Misterios de Sacret Fire, cuya historia me ha sorprendido bastante.
De hecho, he elaborado nuevas ideas para las próximas tramas, porque creo que son buenísimas y hay que mantener el suspenso.
Esto me hizo recordar algunos obstáculos que enfrenté hace años, cuando era un primerizo en la escritura y trabajaba en mi primera novela.
Se trata de la fase de correcciones, en la que comienzas a trabajar cuando ya has terminado tu libro.
Algo me hacía que no conectara con la historia y, de hecho, esto mismo me sucedió con Lanzamiento Exitoso, mi libro de no-ficción.
Sentía que había algo mal en ella y que, si no conectaba conmigo, no iba a conectar con mis potenciales lectores.
Bueno, esto es cierto, y cuando esta inquietud persiste, debemos hacer algo para arreglarlo.
Cuando digo que una historia no conecta, es cuando te sientes incómodo con lo que estás escribiendo.
Hay algo en las palabras que redactaste que te hace sentir un vacío por dentro. Incluso, puede que mates todo el texto completo.
He enlistado 3 razones por las que posiblemente esto suceda y quero compartirlas contigo.
1) Te falta profundizar la historia
Puede que tu historia sea buena, pero si no incluyes detalles importantes y que son esenciales para lograr el nivel de conexión que requieres contigo mismo, entonces sonará aburrida.
Una historia puede incluir diálogos, escenas intensas o tranquilas.
Tienes que ponerle emoción, pero te recomiendo que lo hagas cuando ya estás trabajando en la etapa de correcciones. Si lo haces cuando escribes el libro por primera vez, tal vez nunca acabes.
Busca experiencias en tu vida que se relacionen con lo que quieras contar y úsalas como punto de anclaje para plantar la emoción que deseas.
2) El texto carece de ritmo
Uno de los mayores aprendizajes que he tenido en la escritura es que el texto debe tener cierto ritmo. Es lo que hará que se lea fluido, congruente y agradable. A nadie le gusta un texto aburrido, lleno de adverbios y palabras demasiado rebuscadas.
Te soy sincero, yo he dejado de leer libros porque me resultan aburridos. Están llenos de muchos detalles que el autor se olvida de algo importante: darle ritmo.
Leer tu libro en voz alta te ayudará a conocer como se escucharía en la cabeza de tu audiencia, pero también te va a ayudar a conocer si hay fluidez y congruencia.
El texto debe de leerse como si fuese cantadito cantadito. Mezcla textos largos y cortos. Así es la escritura con ritmo.
3) Tu libro de no-ficción carece de historias personales
Uno se empeña en escribir un buen libro porque quieres dar lo mejor de ti y para tus potenciales lectores. Eso está bien y te entiendo perfectamente. Pero cuando se trata de conectar a nivel emocional con las personas, para que se sientan identificados, es recomendable usar historias personales, Pueden ser tuyas o de otras personas.
En mi libro Lanzamiento Exitoso uso historias de cuando era un empleado y carecía de estrategias de escritura efectivas o cuando el tiempo siempre se me iba de las manos.
Si estás escribiendo no-ficción, entrevista amigos tuyos que quieran lograr lo que tu les enseñas en tu libro y pídeles su consentimiento para usar esas historias. Autores como Jeff Goins en su libro The Starving Artist utiliza historias personales de otras personas de una manera excelente.
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