#333 – Establece un hábito, en lugar de ponerte una meta

Concretar una meta, en un principio, puede ser un poco abrumador.

Tienes que hacer un montón de pasos y sobre algunos tienes desconocimiento.

Puedes aplicar la metodología de un paso a la vez, pero ¿qué hacer cuando lograr una meta se vuelve complicado?

Cuando comencé a correr, por ahí del 2012, no tenía una rutina de ejercicio y tampoco un plan.

Ni siquiera tenía los tenis apropiados y me faltaba el aire cuando corría los 100 metros.

Era demasiado frustrante y lo peor es que creía que era la única forma de perder peso.

Miraba como mi amigo Edgar completaba 1 kilómetro sin mucho esfuerzo y sentía que a mi me sería complicado.

Así que no desistí e hice mis intentos, pero siempre terminaba corriendo menos de lo esperado.

A veces completaba 800 metros, otros días hacía 1 kilómetro, pero con mucho esfuerzo.

Estaba lejos de saber que solo requería un plan para ser constante.

En 2013 empecé a tomarme mi salud más en serio.

Realicé los cambios de hábitos necesarios y decidí volver a correr.

Corría distancias cortas, hacía las cosas a prueba y error, esperando tener resultados de los que no tenía idea.

Mi mente era más curiosa durante ese añom así que no tardé mucho en buscar información en el Internet.

En 2014 me compré mi primera Kindle y adquirí un libro para aprender a correr.

Uno los aprendizajes que tuve fue que, para lograr mi primera meta, que eran 2 kilómetros, tenía que correr ciertas distancias durante tantos días.

La constancia de correr era clave y decidí convertir esto eso en un hábito.

Durante más de 3 semanas corrí distancias de entre 1 a 2 kilómetros y medio.

Me paraba a caminar con frecuencia porque sentía que ya no podía.

Llegó un momento en el que salir a correr era parte de mi rutina y tenía que hacerlo, sin importar que mi hubiese tenido el peor día.

Me estaba ayudando a relajarme del ajetreo laboral y también me daba ideas para escribir.

Sentí mucha satisfacción cuando un día de mayo de 2014 completé 2 kilómetros y medio corriendo, sin parar.

Por eso, cuando estás comenzando, creo que lo mejor es establecer un hábito.

Si tu objetivo es convertirte en un mejor lector de libros y no has leído en mucho tiempo, lo mejor será empezar con pasos pequeños, de esa manera construyes un hábito y cuando menos lo esperes, habrás cumplido tu meta.

Empieza leyendo 10 minutos al día y hazlo de cuatro a cinco días por semana.

Sal a caminar 20 minutos y hazlo cuatro días por semana.

O puedes comenzar a escribir, dedicando 25 minutos al día, de lunes a jueves, y contando las palabras que hayas escrito.

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