Cuando pienso en las metas, lo que viene a mi meta son los plazos.
Un plazo o fecha límite es aquello que convierte a un sueño en una meta alcanzable.
¿Por qué alcanzable?
Porque le estás poniendo una fecha límite que, si no cumples, probablemente sientas un poco de enojo.
Como a mí me sucedía.
Aplicar esta metodología de las metas a los libros me costó un poco al principio.
Aunque yo me pusiera una fecha límite, siempre terminaba escribiendo más de lo normal.
Cuando comencé a escribir la primera versión de La Rebelión de los Cazadores, en noviembre de 2015, me propuse hacerlo durante el NaNoWriMo, para reportar mis avances y tomar eso como una forma de rendir cuentas.
Cuando noviembre llegó a su fin, el NaNoWriMo había finalizado, pero yo no tenía la novela terminada.
No me importó mucho. Escribir durante NaNoWriMo significaba plasmar 50,000 palabras, lo cual había logrado.
Sin embargo, mi meta de finalizar la novela no estaba cumplida y dejé que los días se pasaran.
Con aciertos y desaciertos, terminé de escribir la novela en diciembre de 2015.
Si lo hubiera hecho de manera distinta, por ejemplo, finalizar la novela antes del 20 de diciembre, la realidad hubiera sido distinta.
Me hubiera sentido mejor conmigo mismo, porque habría cumplido un plazo fijo y tendría la confianza de que, si lo hice una vez, podría hacerlo de nuevo.
Sin embargo, terminé la novela sin una fecha clara y la dejé reposar por casi dos años, ya que se publicó hasta octubre de 2017.
Hoy en día entiendo la importancia de ponerse una fecha límite para cumplir los objetivos.
Las fechas límites hacen que la meta se sienta más realista y disipa las sensaciones de que no podrás cumplirla.
Llevo un tiempo terminando las novelas que he escrito antes de la fecha que me he propuesto e, incluso, termino escribiendo más palabras de las que me propongo.
Esto pasa porque me emociono mucho con la historia y dejo solo los detalles necesarios para que el lector se lleve una buena experiencia de lectura.
Por eso, cada vez que pienses en lograr una meta, haz una lista de todas las cosas que tienes que hacer para cumplirla.
Por ejemplo, yo divido la meta de escribir un libro en pequeñas metas, que van desde hacer una lluvia de ideas, realizar investigación hasta subir el libro a Amazon.
Cada pequeña meta tiene un plazo limite de ser cumplido. Esto me ayuda a mantener el momentum y seguir en el camino de cumplir el objetivo global.
Por eso, la mejor forma de escribir un libro, es hacerlo con un plan paso a paso. Ese plan estará conformado de pequeñas metas que te ayudarán a lograr tu objetivo.
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