Hace unos años no me consideraba un escritor.
Estaba muy lejos de pensar que podría lograrlo.
Vivía sumergido en mi carrera profesional y trabajaba todo el día.
Tenía gastos, compromisos y una vida completamente distinta.
Aunque muy en el fondo no era feliz con mi vida y me hacía falta algo: escribir mi propio libro.
Era un pensamiento que no me dejaba cómodo e incluso había días en los que no podía dormir.
Todo el tiempo pensaba en el libro y en cómo debía escribirlo.
Me detuve mucho de tiempo de empezar porque no sabía cómo.
Estaba tan frustrado que ni siquiera sabía que tenía un problema.
Lo que me ayudó a comenzar, sin lugar a dudas, fue el sentido de urgencia y el compromiso que generé conmigo mismo.
No sabía cómo iba a lograrlo, pero tenía toda la determinación.
Aunque estaba lejos de convertirme en un escritor profesional.
Me lamentaba mucho porque leía mis escritos y eran terribles.
Me daba miedo que la gente los leyera y me tildaran de fracasado.
Incluso, varios de mis colegas me decían:
«Checko, eres ingeniero, ¿qué quieres con escribir? Déjale eso a los expertos»
«¿Y si escribes bien?»
«¿Para qué escribes si nadie te va a leer? Digo, eso solo le pasa a los grandes».
Lidiar con estos comentarios fue muy difícil porque no tenía la confianza que tengo hoy en día.
Mi autoestima como escritor estaba por los suelos y creía todo lo que me decían.
Es difícil cuando eres el único que cree en ti y nadie más lo hace.
Me tuve que motivar para escribir el libro.
Con el pasar del tiempo, durante el 2014, encontré las herramientas y estrategias adecuadas.
Que hoy en día utilizo y con el tiempo he dominado.
Aunque, como todo, hubo un comienzo y en ese entonces no era el mejor escritor.
Estaba determinado a convertirme en un profesional:
- Que tuviera la facilidad de escribir con fluidez
- Que supiera hacer el tiempo para escribir sin complicaciones
- Que pudiera corregir y editar sus libros para mejorar su redacción
- Que no dejara que las dudas de otros le detuvieran
- Que siempre tuviera temas sobre los cuales escribir
No te voy a mentir, al principio fue duro porque era un principiante, pero a medida que te profundizas en la escritura, empiezas a ver el camino con más claridad. Por eso, quiero compartirte mis 4 mejores consejos para que empieces tu camino como escritor profesional.
1) Lee en voz alta todo lo que escribes
Esta es, sin duda, una de mis actividades favoritas. Me permite saber como se escucharía lo que escribo en la cabeza de los lectores. Es un ejercicio que te sirve para mejorar la fluidez y congruencia de lo que escribes. Si conviertes esta actividad en un hábito, con el tiempo, tu lenguaje como escritor irá evolucionando.
2) Lee muchos libros
La lectura es una de las actividades a las que más recurro cuando quiero aprender de otros escritores. Hoy en día mi lenguaje para escribir es un conglomerado de todos los libros que he leído y que me ha permitido desarrollar el estilo de escritura con el que me siento más cómodo. Si se te complica mucho leer, empieza con 10 minutos al día. Durante mis mañanas milagrosas, como llamo a mi ritual matutino, dedico 10 minutos a la lectura y por las tardes vuelvo a leer otros 30 minutos. Eso me permite mantener la constancia para leer y disfrutar de la lectura.
3) Obtén retroalimentación
Necesitas la perspectiva de otras personas sobre tu trabajo, sobre todo si es un primer libro. No te digo que les pidas su opinión para saber si escribes el libro o no. Pídele a uno o dos amigos que lean tu libro para que te ayuden a detectar posibles errores. Si te hacen sugerencias, no tomes personal sus comentarios, recuerda que todo es para mejorar.
4) Sé constante
Practica la constancia. No porque has escrito un solo libro significa que debas parar. Sigue escribiendo. Abre un blog y documenta tu rutina. Comparte lo que quieras con el mundo, pero mantente escribiendo. Créeme, escribir más de 100 artículos para mi blog ha sido una forma de sanación, de cerrar ciclos, pero lo más importante, me ha permitido convertirme en un mejor escritor.
Estos 4 consejos son los más importantes para mí y que siempre sigo al pie de la letra. Me han permitido desarrollar el estilo de escritura que más va conmigo. Hoy en día me siento más emocionado que nunca de seguir creando más historias.
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