Una de las razones por las que amo los lunes es porque lo asocio a los nuevos comienzos.
Tenemos la oportunidad de hacer las cosas mejor que la semana anterior.
Es mi día favorito de la semana y dedico unos minutos a revisar mis objetivos semanales.
No hay actividad que disfrute más porque siento que estoy en el proceso de cumplir algo.
Cada domingo reviso los objetivos que me planteé a principios del año en curso. Tengo una lista de pasos a realizar por objetivo y es lo que incluyo en mi planeación semanal.
Lo curioso es que no siempre fue así.
Pasé muchos años siendo una persona desorganizada y nunca me di cuenta lo tanto que me afectaba.
Vivimos sumergidos en la rutina, ejecutando tareas diarias en automático que perdemos de vista lo que es importante para nosotros.
Existe una delgada línea entre lo urgente y lo importante y, si no hay un balance, puede resultar contraproducente.
Porque lo que marcará la diferencia es lo importante.
«Debería hacer esto para mejorar, pero no sé cómo», me decía a mi mismo con frecuencia.
Para ser honesto, aún me sucede con las metas que me propongo, sobre todo si es una nueva habilidad o conocimientos nuevos.
Cuando tienes una rutina ya establecida y quieres incluir una actividad nueva, que podría desencadenar el desarrollo de un hábito, es normal sentir un poco de resistencia.
Ese era mi caso cuando tenía que aprender cosas nuevas para poder mejorar mis resultados. La rutina me tenía tan ocupado, que se me olvidaba poner foco en lo importante.
¿Qué hacer para planear tus objetivos y construir hábitos a largo plazo?
Lo primero que debes revisar son los objetivos que te marcaste a principios del año.
Después elabora una lista de los pasos que deberás realizar para cumplirlo.
Supongamos que quieres aprender a correr 5 kilómetros. Tomemos mi experiencia cómo ejemplo.
1) Familiarizarme con los ejercicios de calentamiento antes de correr (Semana 1)
2) Trazar un plan de todas mis carreras para el primer mes (Semana 1)
3) Aprender a correr 500 metros sin parar (Semana 2)
4) Aprender a correr 1 kilómetro sin parar (Semana 3)
5) Aprender a correr 2 kilómetros sin parar (Semana 4)
6) Aprender a correr 3 kilómetros sin parar (Semana 5)
7) Aprender a correr 4 kilómetros sin parar (Semana 6)
8) Aprender a correr 5 kilómetros sin parar (Semana 7)
Los pasos que te he puesto arriba fueron parte del plan de carrera que desarrollé en el 2014 para aprender a correr mis primeros 5 kilómetros. Esta filosofía se puede aplicar a cualquier meta que tengas en tu vida.
Gracias a esta planeación logré mi objetivo y la actividad de correr se convirtió en un hábito.
No hay mejor forma que descomponer una meta en pequeños pasos medibles, eficaces y 100% logrables.
Si tu objetivo es escribir un libro, recuerda que puedes descargar tu Kit del Escritor con las 10 Herramientas Imprescindibles para iniciarte en el mundo de la escritura.
Las hojas de ritmo me han ayudado a incluir una nueva actividad en mi rutina y convertirla en un hábito. Esta técnica fue desarrollada por Darren Hardy, autor de El Efecto Compuesto.
En su libro, Darren menciona que toda serie de acciones repetidas en un periodo determinado crean un efecto compuesto. Puedes ver un ejemplo de hoja de ritmo en la imagen debajo:
¿Te fijas en lo poderoso que es planear tus objetivos?
Si deseas tener un hábito nuevo, lo primero es marcarlo como objetivo.
Como escritor, ser una persona organizada en el tema de las metas, me ha permitido cumplir lo que me propongo sin sentirme abrumado. De hecho, en este post puedes leer mis consejos para manejar el estrés y el agotamiento si sientes mucha presión para cumplir tus metas.
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