Ser escritor es una profesión emocionante, interesante y llena de retos, sobre todo cuando tienes que escribir un libro cada cierto tiempo y tienes una audiencia establecida.
Tener estas cosas para mí es algo que me hace sentir comprometido con mi profesión porque sé que las personas están esperando una historia nueva y quieren saber qué ha pasado con sus personajes favoritos.
En los últimos años, como escritor, he experimentado toda clase de situaciones y muchas experiencias. Si las enumerara, no acabaría, pero en especial, ser escritor también conlleva un trabajo solitario que, sin duda alguna, puede llevarnos a un ciclo donde a veces nos cuesta desconectarnos de la escritura. Sin ser conscientes de lo que está pasando, nuestro cuerpo puede llegar a resentir el trabajo en exceso.
Cuando hablo de escribir en exceso, me refiero a pasar muchísimas horas sentado en el escritorio, escribiendo o haciendo otras tareas relacionadas con la escritura de mis propias novelas.
En mi caso, acostumbro a escribir mis historias, pero también me gusta plasmar nuevas ideas que podrían ser utilizadas en futuras novelas, libros, incluso sagas o crossovers entre mis propias series de libros.
En estos últimos años he experimentado malestares que podrían estar provocados por pasar demasiado tiempo sentado. Esto me ha provocado algunos problemas como dolor de espalda baja e incluso problemas urinarios.
No digo que esto sea el caso de todos los escritores, pero en mi situación, estar sentado durante mucho tiempo ha afectado mi bienestar. Lo que hago hoy en día es intentar cuidar más mi salud y no excederme en largas sesiones de escritura.
No es bueno estar enfermo cuando sabes que tienes que escribir historias porque hay una audiencia esperando por leerlas. En mi caso, no me gusta experimentar estos síntomas ni tener que desconectarme de mi trabajo porque tengo tomarme cinco o más días de descanso.
A veces nos vendemos la idea de que entre más tiempo pasemos trabajando, más rápido avanzaremos. Pero uno de los errores que yo he cometido es el exceso de trabajo, que me ha producido estrés por agotamiento. Este estrés ha repercutido en mi salud, provocando otros problemas como infecciones de vías urinarias, dolores de espalda baja y dolores de cabeza, y también ha afectado otros aspectos de mi vida.
Durante el último año, he adquirido más responsabilidades como persona adulta, y quizás también te haya pasado a ti. En mi caso, me he visto en la necesidad de dedicar más tiempo a otras actividades que no son parte de mi vida creativa.
Soy una persona que escribe libros y normalmente escribo unas 2000 palabras al día, lo que puedo tardar en escribir en una hora. Pero como escritor, sé que puedo escribir mucho más; lo he hecho en años anteriores. Sin embargo, el proceso de escribir más palabras durante un tiempo determinado puede ser agotador.
Después de leer el libro «El Escritor Saludable» de Joanna Pen, decidí intentar otra forma de escritura que se llama dictado. Personalmente, me resistía muchísimo a utilizar el dictado como una forma de narrar mis propios libros, ya que estaba acostumbrado a teclear en la computadora.
Me decía a mí mismo:
- ¿Cómo voy a estar dictando mi libro si estoy acostumbrado a teclear en la computadora?
- ¿Cómo voy a estar diciendo en voz alta si para mí es imposible hacerlo?
- ¿Qué pasa si hay mucha gente alrededor y alguien me interrumpe y se graba lo que dice la otra persona?
Me había resistido tanto al dictado durante los últimos años que nunca lo intenté, excepto para los artículos del blog y los episodios del podcast, ya que consideraba que al ser de no ficción no requerían tanta concentración ni detalle como una escena de una novela.
Así que durante la semana 29 del año 2023, decidí darme la oportunidad de probar el dictado. Ya llevaba alrededor de 49,000 palabras escritas de la quinta novela de la serie de Preston Wells y decidí probar el dictado.
Al principio me resistía, ya que tengo una estructura del libro, pero no está tan detallada. Son solamente ideas enumeradas que me sirven como guía mientras escribo. Normalmente, cuando estoy tecleando en la computadora, veo esta estructura de ideas que me ayuda a desarrollar mi propio libro. Sin embargo, al empezar el dictado, comencé a narrar lo que pasaba por mi mente sin tomar en cuenta la estructura de ideas.
Esto me llevó a redactar nuevas escenas; algunas de ellas no tenían mucha relación con las ideas que había redactado previamente, pero decidí fluir y dije: «Está bien, vamos a darle así como está y ya veremos cómo resulta la historia porque ahora la estoy dictando, no la estoy tecleando, y quiero ver cómo resulta».
Aunque la historia que estoy dictando actualmente se separa un poco de la estructura que había creado anteriormente, utilizar la técnica del dictado durante los días posteriores me ha hecho sentir más cómodo con la gestión de mi tiempo. He descubierto algunas cosas en las que todavía tengo que trabajar para acostumbrarme al dictado, pero durante los primeros días fue desgastante, sobre todo el proceso de transcribir lo que había dictado.
Sin embargo, siento que fue un desgaste más que nada porque era la primera vez que lo hacía, y considero que soy un principiante en esta nueva forma de escribir libros. Se dice que el futuro de la creación de contenidos es el audio, así que quiero aprovechar al máximo mi propia voz para crear también mis propios libros, siendo un escritor productivo, saludable, relajado y que escribe muchas historias.
Así que quiero utilizar el dictado para plasmar todas las historias que han nacido de tramas concluidas de libros anteriores.
Una de las ventajas que personalmente encuentro en el dictado es que puedo escribir muchas más palabras de las que normalmente escribo cuando tecleo en la computadora, lo cual es fantástico. He llegado a dictar hasta 2400 palabras en tan solo 25 minutos, cuando anteriormente me tardaba hasta una hora en teclear esa cantidad de palabras.
Otra ventaja que le veo al dictado es que puedo dictar mis contenidos o artículos mientras estoy en una caminata, haciendo otras tareas o incluso en actividades domésticas que no requieren mucho ruido o donde no haya nadie más presente.
Esto me parece fantástico porque puedo capturar una idea que surge en mi mente mientras realizo una actividad y luego transcribir o pegar esa escena en el borrador de mi libro.
Uitlizar el dictado durante una semana ha sido muy satisfactorio. He dictado más de 2000 palabras en menos de media hora, he avanzado mucho más rápido en la escritura de mi libro, me he sentido más productivo, más relajado y he experimentado menos agotamiento mental.
Tengo la convicción y la confianza de que, cuanto más practique el dictado, más lo perfeccionaré. Ya te contaré cómo me va en los meses posteriores.