Vivimos esperando a la musa de la inspiración, creyendo que vendrá y nos arrojará de sus polvos mágicos para poder escribir.
La realidad es que nunca es así.
Cuando se trata de ser creativo, no solo es sentarte y esperar a que la inspiración aparezca por arte de magia.
La inspiración puede estar en todos lados.
En una fotografía, película, situación, etc.
Sin embargo, seguimos pensando que la musa aparecerá y hará su trabajo.
Puede que sientas que tienes muchas ideas en tu cabeza y no sabes cómo sacarlas al papel.
A mi me sucedía con frecuencia cuando estaba en mis inicios de la escritura.
Cada vez que caminaba por la calle pensaba en las series que veía y los libros que leía. Me daban muchas ideas para crear contenidos nuevos, pero cuando se trataba de plasmarlas, no tenía idea de cómo hacerlo.
Vivía sumergido en la emoción que me provocaban, pero después me inundaba el sentimiento de insatisfacción porque nunca tomaba acción.
Me llevó un tiempo descubrir la metodología que me ayudó a sacar todo de mi cabeza.
«Ojalá pudiera tener ideas todo el tiempo y ser capaz de aplicarlas a mis libros».
Hoy en día, esto es posible, gracias a que he aplicado de manera continua la escalera creativa, que he compartido contigo en un post anterior.
Pero el trabajo no solo acaba con estructurar tus ideas, probablemente necesites indagar más.
Por ejemplo, si estás escribiendo un libro que requiera cierto respaldo científico o de estudios que demuestren la veracidad de lo que dices, tendrás que investigar.
Cuando comencé a escribir ciencia ficción, me di a la tarea de ver decenas de vídeos sobre viajes en el tiempo y los mundos paralelos.
Necesitaba tener a la mano, al menos, un respaldo científico que me ayudara a desarrollar el personaje de Ben Walker, que es el principal científico de mis historias y que creó la máquina del tiempo.
A mi criterio, pienso que es importante, al menos, tener las bases sólidas que le den al lector a entender que mi personaje sabe de lo que habla.
La investigación me ha ayudado a desbloquear mi creatividad, cuando siento que necesito indagar más, y obtener ideas a voluntad.
Hace poco estaba desarrollando la historia de un personaje nuevo y para crear elementos, tramas y preparar el mejor escenario, me di a la tarea de revisar los elementos de magia y brujería de series de televisión y libros que he leído, con la finalidad de inspirarme.
El resultado fue bastante increíble porque pude moldear la idea que tenía en mente y las tramas empezaron a encajar a la perfección en el libro.
En mis cursos online recomiendo a mis alumnos, que escriben no-ficción, utilizar los motores de búsqueda para obtener más ideas con las cuales pueden complementar sus libros.
Los tres más potentes son YouTube, Amazon y Google.
En YouTube puedes buscar vídeos que hablen sobre tu tema, probablemente te ayuden a complementar tu libro y siempre es bueno hacer una referencia al vídeo en tu bibliografía.
En Amazon te recomiendo buscar libros similares al que estás escribiendo y leer los comentarios positivos o reseñas. Dale una checada a aquellos que tienen una o dos estrellas y que dan una crítica constructiva. Tal vez al escritor le faltó hablar sobre un tema que tú podrías abordar en tu libro y cubrir esa necesidad.
Utiliza Google para buscar contenidos sobre tu tema. Léelos y anota lo que llame tu atención. También puedes usar el Planeador de Palabras o Keyword Tool Planner de Google, que te ayuda a obtener los términos o palabras claves con más relevancia en Internet.
Siempre cuestiona todo lo que anotes en tus lluvias de ideas. Pregúntate:
– ¿Por qué quiero hablar sobre esto?
– ¿Cómo aporta esto a mi historia?
– ¿Qué impacto tiene esa idea en la vida de mis personajes?
Hacerse preguntas te ayudará a seguir obteniendo más ideas y mantener el flujo de la creatividad abierto.
Cuéntame en los comentarios que te han parecido estos consejos y si te gustó el post, pasa la voz y compártelo con alguien que necesite leerlo para inspirarse.