¿Alguna vez te han dicho que deberías escribir un libro?
Seguro que lo escuchaste de algún amigo, colega o conocido. Incluso, no solo ellos, sino que tu propia mente sugirió la pregunta.
Si tienes la inquietud de hacerlo o es uno de tus grandes sueños es porque en lo más profundo de tu ser sientes que necesitas compartir lo que sabes, tus experiencia o las historias que tu mismo te cuentas.
Sientes que necesitas hacerlo, o esos materiales se van a quedar sin salir a flote. Crees que tus conocimientos y experiencias pueden servirle a otros.
Sin embargo, hay otra pregunta que te aqueja:
¿Qué tanto valdría la pena sentarte durante horas a redactar el libro que siempre has soñado?
Yo creo que mucho.
Cuando yo era niño, creaba historias a través de dibujos. Con el tiempo, fui evolucionando la manera de crear estas historias. Llegó un momento en que ya lo hacía a través de palabras escritas.
Estas historias marcaron el inicio de todo un viaje, donde mis personajes se aventuraban en vivir momentos extraordinarios.
En 2007 tuve un accidente en el que estuve a punto de perder la vida. Acababa de cumplir 21 años y cursaba el quinto semestre de mi carrera profesional.
Afortunadamente, por un milagro, logré sobrevivir. También mi brazo derecho lo hizo, luego de quedar prensado en el accidente.
Como dicen: No me tocaba.
Me di cuenta de que la vida era demasiado corta como para vivir si hacer lo que realmente te apasiona. Ese año me propuse seguir creando más historias, sin importar que nadie las leyera. Yo tenía el firme compromiso de hacerlo aunque fuera para mí mismo.
Tomé esa dura experiencia como una llamada de atención y como un empuje para trabajar en lo que me apasionaba. Si estaba en este mundo era por algo y tenía una razón muy poderosa para escribir mi propio libro.
Mi instinto me decía que había mucha gente esperando a leer mis propias historias.
Yo también me pregunté muchas veces:
¿Debería escribir un libro?
La verdad es que siempre me respondí que sí, a pesar de mis miedos, inseguridades y el entorno tóxico que me rodeaba.
Si sientes que algo tuyo puede servir al mundo y marcar un impacto, estás en lo cierto.
Tú tienes una razón muy poderosa por la cual quieres compartir lo que tanto resuena en tu cabeza. Tal vez quieres escribir un libro porque:
- Quieres compartir tus conocimientos con otros.
- Deseas tener un legado en el mundo.
- Quieres consolidar tu carrera como profesional.
- Deseas que la gente se lleve algo de ti en tus conferencias.
- Amas escribir y quieres que las personas se deleiten con tus novelas.
Cualquiera que sea la razón, úsala como el combustible que alimentará tu alma de escritor cada vez que te levantes por la mañana.
Tal vez piensas que no tienes experiencia escribiendo, pero déjame decirte que ese no debe ser un impedimento. Ninguno de nosotros nacimos enseñados, somos lo que más practicamos y, si una de esas prácticas es la lectura, seguro que no te faltan palabras para plasmar lo que sientes.
No te preocupes por la falta de tiempo, puedes organizarte para escribir un libro, y tampoco esperes a la musa de la inspiración.
Investiga, lee, mira documentales, películas… consume todo tipo de contenidos que te ayude a crear los tuyos y empieces de lleno a escribir tu propio libro.
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