¿Cómo callar al editor interno?
Es la pregunta que me hacía siempre que me sentaba a escribir.
Escribía, borraba lo escrito, volvía a escribir y quería borrarlo de nuevo.
Era un cuento de nunca acabar y me frustraba de sobremanera.
Pensaba que no era un buen escritor y consideré, en muchas ocasiones, tirar la toalla por completo.
Abandonaba la escritura de mis libros por días, meses e incluso… años.
Cuando te digo años, sentí un nudo en la garganta, porque es cierto.
El hecho de pensar que no eres bueno escribiendo es duro si vas comenzando a escribir y quieres ir en serio con tu libro.
Pero así es como sucede con cualquier habilidad nueva que quieras adquirir.
Por ejemplo, para aprender a correr, primero necesitas seguir un plan, con series de trotes y caminatas alternados.
No todos tienen la condición que tú o yo podamos tener, por eso es importante apegarse a un plan personalizado.
Así empecé yo a correr, luego de varios intentos fallidos y muchos abandonos.
Con el tiempo fui adquiriendo mayor resistencia en mis piernas y, cuando logré completar mis primeros 2.5 km corriendo sin parar, me sentí la persona más feliz del planeta.
Eran las 6 de la mañana y pude ver el fruto del trabajo realizado durante semanas.
En el caso de la escritura, necesitas hacerte a la idea de que tu libro no será perfecto a la primera.
Todos mis libros son un completo desastre la primera vez que los escribo.
Siempre trato de no corregirlos, porque eso me quita tiempo y aplaza mi meta.
Lo que si hago, para mantener la coherencia de la historia, es ir resumiento en un cuaderno las ideas más importantes.
De esa forma me aseguro de que mi historia tenga el orden que necesita, pero en cuanto a la redacción, no me preocupo hasta que llego a la etapa de Corrección y Edición.
Sempre recomiendo a mis alumnos y clientes seguir una regla de oro mientras escriban sus propios libros:
No corregir y no trabajar en 2 libros a la vez.
Esto es clave para lograr la constancia que necesitas para escribir. Esa constancia te dará la confianza para seguir avanzando.
Te recomiendo mucho que midas los avances que tienes con tu libro contando las palabras escritas.
Es la mejor forma de llevar un seguimiento de todo lo que has escrito.
Hasta ahora yo he escrito 14,789 palabras de mi nueva novela y me siento con la confianza de terminarla porque voy cumpliendo metas diarias.
Mi meta para esta novela es escribir 1957 palabras diarias. A veces me paso de esta meta, pero es completamente normal.
Ojo, esto no significa que debas comenzar escribiendo lo mismo que yo.
Puedes comenzar escribiendo de 300 a 500 palabras e ir aumentando el número gradualmente, hasta que encuentres una cantidad de palabras con la que te sientas cómodo escribiendo.
De esta forma te acostumbras a cumplir pequeñas metas diarias. Recuerda, para romper el ciclo vicioso de Escribir, borrar y escribir, necesitas:
- Seguir la regla de oro: no escribir y no trabajar en dos libros a la vez
- Ponerte metas pequeñas diarias. Por ejemplo, si tu libro es de 25,000 palabras, divide ese número entre 30 días. El resultado es 833 palabras. Esa sería tu meta diaria, pero si no te sientes cómodo, empieza con 500.
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