#269 – 3 obstáculos que se presentan a la hora de escribir

Escribir una novela tiene que ser divertido, pero no siempre es el caso.

A medida que avanzas con tu escritura, pueden presentarse algunos obstáculos que tendrás que superar para finalizar tu manuscrito.

A lo largo de los últimos 8 años escribiendo mis propias novelas he experimentado todo tipo de obstáculos:

– El tiempo se me va de manos
– Siento que nadie me leerá
– Sucede un imprevisto fuera de mi control y ya no pude escribir

En un principio me volvía loco porque pensaba que todo atentaba contra mi objetivo. Tenía el compromiso demasiado alto por finalizar la novela, pero las situaciones ajenas eran inminentes.

Había días en los que, por ejemplo, tenía que apoyar cuidando a mi padre en el hospital, en otros tiempos el jefe me pedía que me quedara horas extras, me invitaban a una fiesta de última hora o empezaba a procrastinar.

Este último obstáculo era el peor, porque se presentaba cuando no sabía cómo continuar la historia de mi libro, debido a que mis ideas estaban en un caos completo y no estaba documentando a modo resumen.

Me frustraba de sobremanera tener que ponerme a documentar 5 capítulos enteros, a pesar de que tenía las ideas estructuradas. Esto sucedía porque mientras avanzas con la escritura, algunas ideas cambian y tú mismo vas descubriendo la historia.

No me tomaba el tiempo para leer lo escrito, sin corregir, y documentar lo más relevante de mi historia.

En artículos anteriores te he compartido que la procrastinación es el peor enemigo de nosotros los escritores y que se puede seguir presentando, incluso cuando ya tienes mucha experiencia escribiendo.

La procrastinación se da porque queremos evitar sentir esa emoción que sale a flote cuando no sabemos llevar a cabo algo o la actividad es algo aburrida.

Sin embargo, aunque sea aburrido, tienes que hacerlo, porque esa acción insignificante es parte del proceso de escritura de tu novela.

Cuando sientes que el tiempo se te va de las manos, lo mejor es revisar cuánto has escrito de tu novela y contar las palabras. Este número lo restas al total de palabras que hayas elegido al inicio de tu proyecto literario y sacas la diferencia.

Esa diferencia debes dividirla entre los días que te queden por escribir y ya solo tendrías que re-agendar el día que no pudiste sentarte a redactar, porque estabas muy cansado, no tenías ganas o de plano contrajiste alguna enfermedad que te tumbó en cama.

El descanso es importante y debes disfrutar el proceso de escritura de tu novela. No todo tiene que ser un martirio y esto es algo que he aprendido, a la mala, con el paso de los años.

Si sientes que nadie te va a leer, pregúntate:

¿Mi historia realmente me emociona? ¿Me siento apasionado hablando sobre esto?

Si es así, entonces no deberías preocuparte por lo que dirá la gente. Finalmente, lo que importa es la manera en que comunicas tu mensaje, es decir, tu voz de escritura.

¿Te gustó este post?

Compártelo con alguien que necesito leerlo e inspirarse para escribir su propio libro.