¿Qué es lo que más se te dificulta de escribir un libro?
¿Sientes que no puedes comenzar?
Si es así, probablemente tengas alguna especie de bloqueo mental.
Tal vez algo te impide tener tus pensamientos claros para organizar tu rutina y hacer el tiempo para sentarte a escribir.
Si no haces el tiempo, de ninguna manera lograrás finalizar tu manuscrito.
Esa es quizá la parte más difícil: hacerse el tiempo.
Según las estadísticas, el 80% de las personas que quieren escribir un libro y no lo hacen es porque «no tienen tiempo».
En mi experiencia, esta es una idea vendida y que puede pasar con cualquier meta, porque no le damos la prioridad que merece.
No se hace el compromiso con la meta y, por ende, no lo consideras importante.
He conocido a algunos escritores que me han dicho lo mucho que han tardado en escribir un libro.
Algunos han demorado más de 12 meses, incluso, hasta 2 años.
Esto se debe principalmente, no a una falta de bloqueo, sino a la falta de tiempo.
Como no hay prioridad, el compromiso está por los suelos y la meta es quien sufre las consecuencias.
Cuando yo encontré el tiempo para escribir, lo más difícil para mí era tener un orden de las ideas que llevaba escritas.
Se me hacía tan complicado llevar un control de todo lo que iba escribiendo, porque pensaba que me iba a tomar mucho tiempo documentar todo.
Sin embargo, era necesario documentar si quería obtener más ideas, tener un control de mis historias y evitar cualquier cabo suelto.
No te voy a mentir, aunque hoy en día sé como superar este obstáculo, hay momentos en los que siento que la actividad es algo tediosa.
¿Por qué? Porque hay mucho que documentar.
En mi caso, yo realizo varias documentaciones:
- Llevo una línea de tiempo con las ideas más importantes de cada capítulo.
- Registro cada uno de los objetos mágicos, artefactos, magias, poderes, hechizos y seres mágicos que se ven dentro de la historia.
- Tengo una ficha técnica de cada personaje. Para los principales, voy resumiendo las acciones más importantes que realizan dentro de la historia y anoto el capítulo en que sucedió y junto con la fecha. Es un archivo vivo que actualizo cada vez que lanzo un nuevo libro.
- Registro cada uno de los lugares, ciudades, mundos paralelos o cualquier locación donde se desarrolla la historia. Además, para ayudarme mejor, hago un boceto de cómo es el lugar a grandes rasgos. Es muy útil a la hora de escribir.
Como ves, esta es quizá la parte más difícil para mí, porque puede parecer mucho trabajo, pero cuando lo haces, la tensión disminuye y te concentras en terminar.
Pienso que uno quiere evitar la emoción que hacer el trabajo «insiginifcante» o «tedioso» provoca. Hablando con algunos escritores, ellos me dicen que le sacan la vuelta a la página en blanco, porque les hace sentirse frustrados de no poder plasmar lo que quieren.
Finalmente, tienes que hacerte presente y poner de tu parte para lograr tus objetivos. Cuando hay desconocimiento en realizar las cosas, el proceso puede ser difícil, por eso lo mejor es definir lo que quieres hacer, dividir ese objetivo en pequeños pasos y realizarlos uno por uno.
Cuéntame en los comentarios si estos consejos te fueron útiles y si te gustó este post, pasa la voz y compártelo con alguien que necesite leerlo e inspirarse.